Líneas de investigación

Línea 1: Estrategias de Desarrollo

Las estrategias de desarrollo son el resultado de la acumulación de experiencias de desarrollo y de las instituciones económicas, sociales y políticas vigentes y dependen, en gran medida, del momento histórico de cada región latinoamericana. Desde principios de los años treinta hasta finales de los ochenta, se practicó en la región un modelo de desarrollo de planificación centralizada que se mostró ineficaz e incompatible con el avance de la democracia y contrario a la participación de instituciones y organizaciones sociales, así como contrario a la participación de la propia sociedad civil. Actualmente, el desarrollo requiere la descentralización de las decisiones y una mayor participación social, lo cual significa promover la libertad de iniciativa en la producción, distribución y consumo, así como promover asociaciones e instituciones con participación activa de la sociedad. El estudio de las estrategias de desarrollo permitirá identificar y solucionar problemas relacionados con la práctica ineficaz de las políticas públicas, especialmente en su proceso de elaboración e implementación, así como en los resultados y formas de ejercicio del poder político, involucrando temas de distribución y redistribución de recursos, conflictos sociales inherentes a los procesos de toma de decisiones y el reparto de costos y beneficios sociales. Desde esta perspectiva, el desarrollo se entiende como una mejora de la calidad de vida de la sociedad, ya que las personas son el medio y el fin del proceso de desarrollo. El desarrollo presupone la armonía entre indicadores cuantitativos y cualitativos, justicia social y equilibrio en una perspectiva temporal y espacial, cuyo logro dependerá en gran medida de la racionalidad de los policy makers y de la sociedad, así como de su capacidad de activación social. En esta línea de investigación, se encuentran los temas abordados tradicionalmente por las teorías del desarrollo: la noción estándar/modelo, las dotaciones de los factores de producción y su influencia sobre el potencial económico; sin embargo, la estrategia aquí sugerida propone una mirada que atribuya relevancia a las especificidades, en la que se acepten las diferencias encontradas, no como el resultado de un menor nivel de evolución económica, sino como características de estas economías que pueden (y deben) tomarse en cuenta en un trazado propio/regional para una estrategia de desarrollo. Aún en este camino de investigación, se pretende desarrollar estudios que incorporen las consecuencias de acciones movidas por racionalidades más allá de la mercantil, pero que actúen en el sistema económico y social, así como estudios sobre los impactos de la activación social en el proceso de desarrollo. Finalmente, en esta línea de investigación, en consonancia con el área de concentración, el desarrollo es encarado en su carácter más amplio, lo que impone cuestiones de naturaleza cualitativa, es decir, de justicia social en las transformaciones socioespaciales de las regiones latinoamericanas.

Línea 2: Políticas Públicas y Sociedad

La imperiosa necesidad de la intervención del Estado, con políticas públicas adecuadas, para la superación de las carencias y necesidades humanas y sociales, de los enclaves generados por los procesos locales de desarrollo, es un punto común en casi todas las regiones latinoamericanas. Esto representa un desafío teórico-metodológico de análisis permanente, especialmente en sociedades cuya concentración de riqueza, derivada de modelos de política importados, impide y hace inviable el tan anhelado desarrollo. En América Latina, las políticas públicas constituyen la principal fuerza de la acción del Estado en las regiones, lo que impone algunos interrogantes sobre su legitimidad y capacidad para producir los efectos necesarios para impulsar el proceso de desarrollo de las mismas. En un entorno cada vez más globalizado y una sociedad ansiosa por avanzar en el proceso de integración y mejores condiciones de vida, las políticas públicas necesitan lidiar con actores sociales e institucionales cada vez más fuertes políticamente, así como necesitan lidiar con una sociedad civil diversificada y organizada con agendas de reivindicaciones diferenciadas, lo que representa un gran desafío para la formulación e implementación de políticas. Mientras tanto, crece el interés por estudiar cómo se desarrolla la relación entre los agentes estatales y otros actores no estatales, ya sean del mercado o de la sociedad civil, en la planificación, producción e implementación de políticas públicas. Esto se ha ido expandiendo en la región desde la década de los noventa, con la consolidación de la democracia y la expansión del proceso de descentralización, que impone un proceso relativamente rápido de transferencia de recursos y responsabilidades entre las instancias administrativas estatales (federal, estatal o provincial y municipal o local), así como a las manos de organizaciones y agentes de la sociedad civil organizada.